domingo, 28 de abril de 2013

Consagración al Espíritu Santo

Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagracion perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén 
Espíritu Santo Fuente de Luz ilumíname; Espíritu Santo Fuente de Luz ilumíname; Espíritu Santo Fuente de Luz ilumíname;

sábado, 27 de abril de 2013

Himno a la Santísima Trinidad

Imagenes de: 
La Parroquia del PerpetuoSocorro en Ciudad Hidalgo Michoacán


Himno a la Santísima Trinidad 
¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!, La Iglesia nos sumerge en tu misterio; te confesamos y te bendecimos, Señor Dios nuestro. Como un río en el mar de tu grandeza, el tiempo desemboca en hoy eterno, lo pequeño se anega en lo infinito, Señor, Dios nuestro. Oh, Palabra del Padre, te escuchamos; oh, Padre, mira el rostro de tu Verbo; oh, Espíritu de amor, ven a nosotros; Señor, Dios nuestro. ¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!, haced de nuestros almas vuestro cielo, llevadnos al hogar donde tú habitas, Señor, Dios nuestro. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu: Fuente de gozo pleno y verdadero, al Creador del cielo y de la tierra, Señor, Dios nuestro. Amén. (1as Vísperas de la Solemnidad de la Santísima Trinidad.)
Apologética EL Saber lo que Somos Hacemos Y Creemos
Una Oración para todos los Días

viernes, 26 de abril de 2013

Oración ( Que Pensaba de la Oración y como Oraba


La oración es propia del corazón, no de los labios, pues Dios no atiende las palabras del que suplica, sino mira el corazón del que ora. Pero ora en secreto y calla la boca en secreto y la voz calla, aunque (la plegaria) se oculte a los hombres, no puede ocultarse a Dios, que está presente en la conciencia. Efectivamente, es preciso orar interiormente en silencio, sin sonidos de palabras, que con las solas palabras, sin aplicación de la mente» (San Isidoro de Sevilla: del libro III de las sentencias, cap VII, 744. pág.80. Apostolado Mariano. Sevilla) 

Aquí estamos, Señor Espíritu Santo. Aquí estamos, frenados por la inercia del pecado, pero reunidos especialmente en tu Nombre. Ven a nosotros y permanece con nosotros. Dígnate penetrar en nuestro interior. Enséñanos lo que hemos de hacer, por dónde debemos caminar, y muéstranos lo que debemos practicar para que, con Tu ayuda, sepamos agradarte en todo. Sé Tú el único inspirador y realizador de nuestras decisiones, Tú, el único que, con Dios Padre y su Hijo, posees un nombre glorioso, no permitas que quebrantemos la justicia, Tú, que amas la suprema equidad: que la ignorancia no nos arrastre al desacierto; que el favoritismo no nos doblegue; que no nos corrompa la acepción de personas o de cargos. Por el contrario, únenos eficazmente a Ti, sólo con el don de tu Gracia, para que seamos UNO en Ti, y en nada nos desviemos de la verdad. Y, lo mismo que estamos reunidos en Tu Nombre, así también, mantengamos en todo la justicia, moderados por la piedad, para que, hoy, nuestras opiniones en nada se aparten de Ti, y, en el futuro, obrando rectamente, consigamos los premios eternos. Amén. V/ Santa María R/ Ruega por nosotros
fuente de la foto wikimedia org
fuente de la oración caminos de conversión

martes, 23 de abril de 2013

Oración a San Gerardo Mayela


Oración a San Gerardo Mayela

Oración por las mamás y los niños

Dios y Padre nuestro, tú sembraste en san Gerardo María Mayela
un amor increíble a tu Hijo Crucificado, con quien se identificaba,
ayúdanos a seguir siempre tus pasos
y ofrecerte nuestra vida sin guardarnos nada.

A ti te invocamos, Señor de toda vida,
que concediste a san Gerardo, a lo largo de su corta existencia,
un especial cuidado por la vida naciente y las mujeres embarazadas,
Este rasgo típico de su caridad constituye para toda la Iglesia
un estímulo a amar, defender y servir siempre a la vida humana.

Bendice, por intercesión de san Gerardo,
a todas las mujeres que esperar un nuevo nacimiento
y a los hijos que llevan sus entrañas,
para que ambos lleguen sanos a un feliz alumbramiento.

Y a toda tu Iglesia dale el don de amar,
anunciar, defender y ofrecer la vida,
que es el mismo Redentor Jesucristo,
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

domingo, 21 de abril de 2013

Conjuración a los Santos Angeles


Dios Todopoderoso y Eterno, Uno en Tres Personas! Antes de conjurar a los Santos Ángeles, tus servidores y de llamarlos en nuestro socorro, nos postramos delante de Ti y Te adoramos, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos los Ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te Sirvan, Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal!
¡Y Tú, María, Reina de los ángeles, medianera de todas las gracias, todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos a tus servidores, y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo para que obtengamos gracia, salvación y auxilio! AMEN.

¡Ángeles grandes y Santos, Dios los envía para protegernos y ayudarnos!
Los conjuramos, en el nombre de Dios Uno en Tres Personas,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos, en el nombre todopoderoso de Jesús,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por todas las heridas de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por todas las torturas de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por la Santa Palabra de Dios,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre del amor de Dios por nosotros tan pobres,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de la fidelidad de Dios para con nosotros tan pobres,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de la misericordia de Dios para con nosotros tan pobres,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de María Reina del Cielo y de la tierra,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de María vuestra Reina y Soberana,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de María, Madre de Dios y Madre nuestra,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por su propia felicidad,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por su propia fidelidad,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por su fuerza combativa por el Reino de Dios,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos, ¡cúbrannos con sus escudos!
Los conjuramos, ¡protéjannos con sus espadas!
Los conjuramos, ¡ilumínennos con su luz!
Los conjuramos, ¡abríguennos bajo el manto de María!
Los conjuramos, ¡enciérrennos en el Corazón de María!
Los conjuramos, ¡deposítennos en las manos de María!
Los conjuramos, ¡muéstrennos el camino hacia la puerta de la vida: el Corazón abierto de Nuestro Señor!
Los conjuramos, ¡condúzcannos seguros hacia la casa del Padre Celestial!
Todos los Coros de los Espíritus bienaventurados,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Ángeles de la vida,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Ángeles de la fuerza de la palabra de Dios,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Ángeles de la caridad,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Ángeles que Dios nos atribuye especialmente, como compañeros,
¡Vuelen en nuestro socorro!
¡Vuelen en nuestro socorro, los conjuramos!
Porque hemos recibido en herencia la Sangre de Nuestro Señor y Rey.
¡Vuelen en nuestro socorro, los conjuramos!
Porque hemos recibido en herencia el Corazón de Nuestro Señor y Rey.
¡Vuelen en nuestro socorro, los conjuramos!
Porque hemos recibido en herencia el Corazón Inmaculado de María la Virgen Purísima y vuestra Reina.
¡Vuelen en nuestro socorro, los conjuramos!
San Miguel Arcángel: Tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te conjuramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ¡ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios!
San Gabriel Arcángel: Tu eres el Ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del Corazón amante de Nuestro Señor; Permanece siempre delante de nuestros ojos, te conjuramos, para que comprendamos correctamente la palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. ¡Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue!
San Rafael Arcángel: Tú eres el mensajero del amor de Dios! Te conjuramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que esta herida se cierre jamás, para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor.
¡Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios!.
¡Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados! ¡Desligadnos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo!
¡Desatad la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo sin incomodarnos y con conmiseración!
¡Clavad en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios, para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor!
¡Buscad en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros! ¡Buscad en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa! ¡Buscad en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada, imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor!
¡Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo! Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente!
¡Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna!
AMEN
Durante la novena que es un asalto que dura nueve días, conjuramos a los Santos Ángeles por la mañana y durante el día los invocamos con frecuencia de esta manera:
San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

La Oración nos Ayuda a estar más cerca de Dios y se a de practicar diariamente con esfuerzo y perseverancia 
así lo enseño Jesús
EL Evangelio de Hoy


sábado, 20 de abril de 2013

Conjuración a los Santos Angeles EL Papa Juan XIII Dijo

El Papa Juan XXIII dice que nuestra fe nos enseña que ninguno de nosotros está solo, porque desde el mismo instante en que un alma es creada por Dios para un nuevo ser humano - especialmente desde que la gracia de los sacramentos lo envuelve con su luz inefable - un Ángel perteneciente a las santas falanges de los espíritus celestes, es llamado para permanecer a su lado durante todo su peregrinaje terrestre. No debemos olvidar nunca la presencia de nuestro Ángel Guardián, de ese príncipe celeste, que jamás debe enrojecer por causa nuestra. El respeto por su presencia supone una continencia siempre respetuosa y deferente, un homenaje conforme a la dignidad del cristiano, Templo del Espíritu Santo, amigo de Jesucristo, admitido a la comunión del Cuerpo y Sangre divinos, después de haber sido regenerados por el agua del bautismo. El Ángel Guardián no esta solamente presente, sino que su compañía desborda de ternura y de amor, lo que requiere de parte nuestra, frente a ellos, un amor pleno de ternura; es decir, de devoción. La devoción agrega un elemento más a la piedad filial, incluso en aquella que practicamos y mostramos para con Dios. Una piedad devota quiere decir,  una piedad delicada que conlleva la donación de toda el alma, de todo el corazón. El Ángel de Dios está siempre con nosotros, con su solicitud y su afecto excepcional. Es necesario, por tanto serle devoto. La devoción se actualiza en la práctica de la oración cotidiana, en la invocación al iniciar y al terminar la jornada, pero también a todo lo largo del día; especialmente cuando las cosas son un poco complicadas y difíciles.

Conjuración a los Santos Angeles


¡Dios Todopoderoso y Eterno, Uno en Tres Personas! Antes de conjurar a los Santos Ángeles, tus servidores y de llamarlos en nuestro socorro, nos postramos delante de Ti y Te adoramos, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos los Ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te Sirvan, Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal!
¡Y Tú, María, Reina de los ángeles, medianera de todas las gracias, todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos a tus servidores, y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo para que obtengamos gracia, salvación y auxilio! AMEN.

¡Ángeles grandes y Santos, Dios los envía para protegernos y ayudarnos!
Los conjuramos, en el nombre de Dios Uno en Tres Personas,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos, en el nombre todopoderoso de Jesús,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por todas las heridas de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por todas las torturas de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por la Santa Palabra de Dios,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por el Corazón de Nuestro Señor Jesucristo,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre del amor de Dios por nosotros tan pobres,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de la fidelidad de Dios para con nosotros tan pobres,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de la misericordia de Dios para con nosotros tan pobres,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de María Reina del Cielo y de la tierra,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de María vuestra Reina y Soberana,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos en nombre de María, Madre de Dios y Madre nuestra,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por su propia felicidad,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por su propia fidelidad,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos por su fuerza combativa por el Reino de Dios,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Los conjuramos, ¡cúbrannos con sus escudos!
Los conjuramos, ¡protéjannos con sus espadas!
Los conjuramos, ¡ilumínennos con su luz!
Los conjuramos, ¡abríguennos bajo el manto de María!
Los conjuramos, ¡enciérrennos en el Corazón de María!
Los conjuramos, ¡deposítennos en las manos de María!
Los conjuramos, ¡muéstrennos el camino hacia la puerta de la vida: el Corazón abierto de Nuestro Señor!
Los conjuramos, ¡condúzcannos seguros hacia la casa del Padre Celestial!
Todos los Coros de los Espíritus bienaventurados,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Ángeles de la vida,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Ángeles de la fuerza de la palabra de Dios,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Ángeles de la caridad,
¡Vuelen en nuestro socorro!
Ángeles que Dios nos atribuye especialmente, como compañeros,
¡Vuelen en nuestro socorro!
¡Vuelen en nuestro socorro, los conjuramos!
Porque hemos recibido en herencia la Sangre de Nuestro Señor y Rey.
¡Vuelen en nuestro socorro, los conjuramos!
Porque hemos recibido en herencia el Corazón de Nuestro Señor y Rey.
¡Vuelen en nuestro socorro, los conjuramos!
Porque hemos recibido en herencia el Corazón Inmaculado de María la Virgen Purísima y vuestra Reina.
¡Vuelen en nuestro socorro, los conjuramos!
San Miguel Arcángel: Tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te conjuramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ¡ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios!
San Gabriel Arcángel: Tu eres el Ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del Corazón amante de Nuestro Señor; Permanece siempre delante de nuestros ojos, te conjuramos, para que comprendamos correctamente la palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. ¡Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue!
San Rafael Arcángel: Tú eres el mensajero del amor de Dios! Te conjuramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que esta herida se cierre jamás, para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor.
¡Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios!.
¡Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados! ¡Desligadnos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo!
¡Desatad la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo sin incomodarnos y con conmiseración!
¡Clavad en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios, para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor!
¡Buscad en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros! ¡Buscad en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa! ¡Buscad en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada, imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor!
¡Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo! Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente!
¡Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna!
AMEN

Durante la novena que es un asalto que dura nueve días, conjuramos a los Santos Ángeles por la mañana y durante el día los invocamos con frecuencia de esta manera:
San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!
San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros!

Blogs: de Oraciones
Una Oración para cada Día

viernes, 19 de abril de 2013

VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE (Oraciones Marianas)


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA
DE LA CARIDAD DEL COBRE 

Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.
A Vos, oh Virgen santísima, lo entrego, en presencia de los nueve coros de los ángeles y de todos los santos; Vos, en mi nombre, consagradlo a Jesús; y por la filial confianza que os tengo, estoy seguro de que haréis ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús, imitando perfectamente a los santos, especialmente a San José, vuestro purísimo esposo. Amén.

__________

ORACIÓN DEL IV CENTENARIO
DEL HALLAZGO DE SU VENERADA IMAGEN

Virgen de la Caridad del Cobre hija amada del Padre Madre del Señor Jesús templo del Espíritu Santo y Madre de todos los cubanos.
Al celebrar con alegría el cuarto centenario de la presencia de tu bendita imagen en nuestra tierra cubana, te alabamos y te damos gracias por ser regalo de Dios para nuestro pueblo, por peregrinar con nosotros mostrándonos a Jesús, por animar siempre a la Iglesia que guiada por el Espíritu Santo, quiere servir a su pueblo.
María de la Caridad, mujer creyente, fortalécenos en la fe; maestra de esperanza, enséñanos a vivir esperanzados; reina y señora de la caridad, muéstranos el sendero del amor, del perdón y la reconciliación entre todos los cubanos.
Acompáñanos en la oración, enséñanos el camino de la conversión, ayúdanos en el compromiso y en el servicio a los hermanos, especialmente a los que más sufren.
Madre de la Caridad, que eres signo y vínculo de unidad, te suplicamos por todos tus hijos que, desde dentro y fuera de la patria, desean lo mejor para Cuba,
te miran como símbolo de cubanía, y sienten que la Caridad nos une. Cuídanos y protégenos, líbranos de todo mal.

Contigo, primera discípula y misionera, queremos seguir anunciando a Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida para que nuestro pueblo, en Él, tenga vida abundante, verdadera y eterna.
Santa María, Virgen de la Caridad del Cobre, ruega por nosotros a Dios.
Amén.

__________


ROGATIVA 

Comenzar con la señal de la cruz y rezando el Acto de Contrición:
ORACIÓN A DIOS. Poderoso Señor: Recoja tu mano divina todas las flores que ofrecemos a María, y por su dulce intercesión abra tu omnipotencia la fuente de la Misericordia para todos los hombres y para todos los que con verdadera fe, con firme esperanza y con encendida caridad hiciéremos este rezo, que ponemos bajo el amparo de tu poderosa bendición, y alegando los méritos de la preciosa sangre de Jesús te pedimos el perdón de nuestros pecados y la perseverancia en amarte. Amén Jesús.
Rezar un Credo.
ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA. Virgen Santísima de la CARIDAD, viajera celestial que sobre las espumas de las riberas de Cuba vagabas risueña mostrando la Cruz; blanca azucena que flotabas en las olas del océano para revivir con tu suave perfume al desgraciado náufrago que sin Ti pereciera, y si Tú, rutilante estrella, no derramaras tu lumbre bendita en sus afligidos ojos, Reina de la esperanza que tendiste tu ancla de oro a los tres pescadores cuando ya desesperados se sumergían en el embravecido mar.
¿Cómo no has de escuchamos cuando a tus plantas llegamos de rodillas este día que celebra la Iglesia tu nombre de mor, en que conmemora Cuba tu milagrosa aparición y en el que derramas todos tus favores? No es posible deje de ser amparado todo él que se acerque a tu hermosa canoa, cargada hoy de gracias y comisionados por tus tres Juanes para repartirlas.

¿Quién mejor que Tú puede conocer las penas de la tierra?
¿No es verdad, Madre mía que vas a escucharnos y a consolarnos en las penas que nos afligen?
¿Quién en verdadera tribulación te ha llamado con verdadera fe que prontamente no haya sido consolado por Ti, corazón misericordioso?
Así. Madre adorable, vuelve, a nosotros, tus blandos ojos siempre que hiciéremos este rezo; y alcánzanos del Todopoderoso la gracia particular que hoy te pedimos.

(Hacer aquí la petición)

No separes tus dulces ojos en todo este mes de nuestros hogares; líbranos de casos desastrosos, de epidemias, de incendios, de tormentas, de rayos y centellas, y permite que en radiante carro de plata recorra todos los ámbitos del mundo el ángel luminoso de la paz:

Rezar tres Salves a la Santísima Virgen y elevar las siguientes rogativas en nombre de sus quince misterios, contestando a cada una de ellas con "Escúchanos por amor":

ROGATIVA.
CARIDAD, Madre de Dios,
CARIDAD llama sagrada,
CARIDAD, palabra santa,
CARIDAD, fuego divino,
CARIDAD, dicha del pobre,
CARIDAD,dicha del mundo,
CARIDAD rosa del cielo,
CARIDAD música suave,
CARIDAD, pasto del alma,
CARIDAD, lumbre del ciego,
CARIDAD, dulce consuelo,
CARIDAD, vive en mi pecho,
CARIDAD, no me abandones
CARIDAD, yo te venero,
CARIDAD, Madre de Cuba,
ANTIFONA. "La Caridad es Dios"; cuando su divino fuego enciende nuestras almas ya estamos cerca del Cielo.


 Patrona de Cuba, su fiesta se celebra el 8 de septiembre. En su visita a la isla, Juan Pablo II la coronó como Reina y Patrona de Cuba el sábado 24 de Enero de 1998. Para más información puede consultarse la página oficial de la (Arquidiócesis de Santiago de Cuba)


jueves, 4 de abril de 2013

Honor y Respeto a las Imagenes


EL HONOR Y RESPETO A LAS IMAGENES
A las imágenes del Cristo, de la Virgen y los demás santos se debe prestar el debido honor y veneración, no porque contengan en sí mismas algo divino que exija ese culto, sino porque el honor que se les tributa se refiere a las personas que representan.

El culto no es supersticioso, sino licito y útil para la vida religiosa de los fieles. El hombre tiene necesidad de las cosas sensibles y visibles para elevarse al conocimiento y al amor de las cosas espirituales e invisibles. La vista de una imagen suscita sentimiento de respeto, veneración, culto, amor y confianza hacia la persona santa que representa y con la que nos pone en contacto espiritual y en intimidad.

Por medio del culto de las imágenes el alma es más fácilmente atraída a la imitación de los prototipos representados y de este modo progresa más rápidamente en la vida interior. Especialmente las imágenes sagradas y milagrosas de los santuarios ejercen un particular influjo en la vida espiritual de los hombres, dando un gran fruto espiritual para las almas que alimentan su esperanza y alcanzan de Dios muchas gracias.

El que venera una imagen venera en ella la persona que en ella está representada (CC. Vaticano II: SC 126:).

El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a las imágenes en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que ella es Imagen (S. Tomas de Aquino, s. th 2-2).

Queridos devotos de Jesús Misericordioso: Veneremos con respeto al icono de la Misericordia, sabiendo que no nos dirigimos al cuadro sino a nuestro Salvador, Cristo Jesús.

El origen de la imagen se vincula con la visión que Sor Faustina tuvo en Plock, el 22 de febrero de 1931 y durante la cual Cristo le expresó su voluntad de que pintara tal imagen y pusiera abajo la siguiente inscripción: Jesús, en vos confío.

La imagen presenta a Cristo resucitado con las señales de la crucifixión en las manos y en los pies. Del Corazón traspasado (invisible en la imagen) salen dos rayos: rojo y pálido. Jesús preguntado por lo que significaban, explicó: El rayo pálido simboliza el agua que justifica a las almas, el rayo rojo simboliza la sangre que es la vida de las almas. Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi misericordia cuando mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por una lanza (299). Estos rayos representan, pues, los sacramentos y todos los dones del Espíritu Santo cuyo símbolo bíblico es el agua. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de Dios (299). La imagen presenta, pues, la inmensa misericordia de Dios que fue revelada plenamente en el misterio Pascual de Cristo y que se realiza en la Iglesia con mayor plenitud a través de los sacramentos. La imagen ha de desempeñar el papel de un recipiente para recoger gracias y de una señal que ha de recordar a los fieles la necesidad de confiar en Dios y de ejercer misericordia hacia el prójimo. De la actitud de confianza hablan las palabras puestas en la parte de abajo de la imagen: Jesús, en vos confío. Esta imagen ha de recordar las exigencias de mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que sea es inútil (742).

Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la inscripción: Jesús, en vos confío (327). Por medio de esta imagen colmaré de gracias a las almas, por eso que todas las almas tengan acceso a ella (570).

Prometo que el alma que venere esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la tierra la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, en la hora de la muerte. Yo mismo la defenderé como mi gloria (48).

Me queman las llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas de los hombres, Oh, qué dolor me dan cuando no quieren aceptarlas (...) Dile a la humanidad doliente que se abrace a mi Corazón misericordioso y yo la llenaré de paz (1074). La humanidad no encontrará la paz hasta que no se dirija con confianza a mi misericordia (300).

Habla al mundo de mi misericordia para que toda la humanidad conozca la infinita misericordia mía. Es la señal de los últimos tiempos. Después de ella vendrá el día de la justicia. Todavía queda tiempo, que recurran, pues, a la fuente de mi misericordia, que se beneficien de la sangre y del agua que brotó para ellos (848). Antes de venir como el Juez justo, abro de par en par las puertas de mi misericordia. Quien no quiere pasar por 
la puerta de mi misericordia, deberá pasar por la puerta de mi justicia (1146)

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